Cómo convertir tu pequeño negocio en ecológico
Crear una empresa desde cero puede resultar en mucho trabajo. Pasar de una idea a algo de lo que podamos vivir conlleva esfuerzo, pero también una responsabilidad social, económica y medioambiental que cada vez más empresas están teniendo en cuenta desde su mismo momento de creación. Hacer que tu empresa sea ecológica no supone tanto esfuerzo, y resulta de lo más gratificante.
Si conviertes tu pequeña empresa en eco-friendly, además de ayudar al medio ambiente, como profesional puedes beneficiarte de ello ya sea en ahorro energético o dando una buena imagen corporativa.
¿Quieres saber cuáles podrían ser los beneficios de ser eco-friendly?
Ahorro:
Aunque de buenas a primeras parezca que ser eco no pueda ayudarte a ahorrar dinero, a la larga lo notarás. Por ejemplo, si decides adoptar una política que no utilice papel, o decides sustituir las reuniones físicas por videollamadas, podrás reducir gastos.
Buena imagen de empresa:
Cada vez se valoran más positivamente las empresas que se preocupan por el medio ambiente. No solo es importante el servicio que des, si no, la huella ecológica que dejas con ello.
Acceso a beneficios:
Siendo una empresa ecológica, tendrás más posibilidades de acceder a premios o subvenciones, además de a ciertos beneficios fiscales.
Trascendencia:
Al ser un negocio eco-friendly estás ayudando a cambiar el mundo a mejor aportando pequeños cambios que benefician a la sociedad y al planeta.
¿Te has decidido a convertir tu pequeño negocio en ecológico?
Te damos algunos consejos para que lo puedas llevar a cabo:
Basura y reciclaje:
Instala diferentes contenedores donde tirar los residuos que se generen en tu empresa e intenta reciclar o reutilizar la mayor cantidad de elementos posibles. Prueba a aplicar una política sin papel o educa a tus empleados sobre la importancia de separar los diferentes tipos de basura.
Packaging:
Muy relacionado con el anterior, si te dedicas a vender productos, procura que los envoltorios sean reciclados o reciclables e intenta evitar el plástico a toda costa. Cuanto menos envueltas vayan las cosas, más podrás ahorrar y menos sufrirá el planeta.
Luz:
Intenta que tu lugar de trabajo tenga la mejor iluminación natural posible. Trabaja cerca de las ventanas, y en los casos que necesites utilizar luz artificial, procura que las lámparas estén equipadas con bombillas led.
Comida:
Promueve una alimentación sana sirviendo comida ecológica en los aperitivos. Procura utilizar frutas y verduras de temporada y productos ecológicos o de kilómetro 0. Tus empleados lo agradecerán.
Transporte:
Si tu empresa tiene muchos empleados, puedes pensar en fletar un autobús para que puedan llegar todos además de fomentar el uso del transporte público o medios de transporte no motorizados como puede ser la bicicleta.
Proveedores:
Antes de elegir cuáles serán tus proveedores, tantéalos y averigua su política ambiental y los esfuerzos que hacen para ser sostenibles. Desde materias primas hasta uso de energías renovables, puedes valorar su huella de carbono del mismo modo que valoras sus precios o la calidad de sus servicios.
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